
Cuando pensáis en cocina catalana, ¿qué es lo primero que os viene a la cabeza? El
pa amb tomàquet, ¿no? O los calçots, la escalivada, el fuet, la escudella... ¿Pero a que nunca pensáis en los macarrones?
Es que los macarrones son italianos, no catalanes, diréis, y con razón. Bueno, no del todo... Creo que puedo decir, sin riesgo a equivocarme, que el 99% de los que hemos nacido en Catalunya hemos comido
macarrons prácticamente desde la cuna. Así es: una vez dejados atrás los potitos, los macarrones se convirtieron en el plato nº1 de nuestra dieta, un plato que alimentaba, que entraba por la vista -importantísimo cuando eres un renacuajo- y que estaba tirado de precio. Un plato
molt nostre que, dicho de otra forma, era bueno, bonito y barato. Asociados tradicionalmente a la figura de la
iaia, los macarrones, como ya sabéis, se pueden cocinar de mil formas distintas, pero aquí suelen prepararse con carne, muchas veces
rostida (no sé en vuestra casa, pero en la mía se hacían en su versión más minimalista, esto es, con tomate frito. Si por aquella época -bueno, y ahora también- le llegan a venir a mi madre -o a mi abuela -con que había otras formas de cocinar los macarrones -que si a la boloñesa, que si al pesto, que si a la carbonara...- seguramente les hubiera dicho que eso, sencillamente, NO ES POSIBLE).
Curiosamente, un plato tan
nostrat como este ha desaparecido prácticamente del menú diario de los bares-restaurantes (ahora suelen servirte sucedáneos basados supuestamente en la cocina italiana) para aparecer en las cartas de algunos de los mejores restaurantes de Barcelona (en el
Freixa Tradició y en la
Fonda España los hacen... y muy buenos, por cierto). Mientras que el menú diario reniega de la tradición, las cartas miran hacia atrás y resucitan la cocina de nuestras abuelas. El mundo al revés.
Pero no estaba todo perdido: gracias, una vez más, a una reseña en la prensa, supe de un bar-restaurante en el barrio de Sants donde no sólo podías comer un menú
de la terra a precio popular, sino que los lunes servían el plato estrella de la casa,
els macarrons de la padrina. Ni qué decir tiene que a los pocos días, ya estábamos allí mi señora y yo para catarlos. No hizo falta masticar mucho para saber que els
macarrons de la padrina eran
ELS macarrons.
Visca la terra... d'escudella!

Cuando vives en una ciudad tan grande como Barcelona, hay barrios a los que no vas a menos que tengas una razón. No me malinterpretéis: a mi me gusta prácticamente cada rincón de Barcelona, pero rara vez voy a dar una vuelta a un lugar que esté a varias paradas de Metro de mi casa. Pues bien, mi razón para dejarme caer por el barrio de Sants es el
Terra d'escudella. Este bar-restaurante, sito en el nº 20 de la calle Premià, es un lugar a medio camino entre el bar de menú y la asociación cultural. Me explico: ofrecen un menú diario a 9,35 euros (dos platos, postre/café y bebida) centrado en la gastronomía catalana
de tota la vida en un entorno (sus propias paredes) dedicado a exposiciones de carácter cultural, político o social, algunas fijas (como la dedicada a las revueltas y movimientos populares en los
Països catalans) y otras temporales (como la actual, fotografías de... ups, me temo que no recuerdo al autor. ¡Que me perdone si lee esto!). Está abierto casi todo el día, pero nosotros sólo lo hemos visitado al mediodía (algún día tendremos que ir por la noche a cenar un bocata, ¿no, cariño?), así que nos centraremos en su menú.
Una vez entras en el
Terra, bajas una pequeña rampa y te encuentras con la barra a mano izquierda y una hilera de mesas a la derecha. Si sigues andando, vas a parar a un espacio más ancho con más mesas -una especie de pre-comedor- que, a su vez, da a un pasillo, el cual acaba por desembarcar en el comedor propiamente dicho. Si vas pasadas las 14.30 es muy probable que tengas que esperar, pues llenan a diario, pero no os preocupéis, porque en el
Terra todo el mundo (camareros y clientes)
van per feina y el flujo de clientes que entran y que salen está muy equilibrado.

Nosotros hemos ido casi todos los días de la semana, pero nuestro día preferido, obviamente, es el lunes, pues es el día de los
macarrons de la padrina (lo cual nos crea un conflicto: el lunes también es el día del
Cera 23. ¡Grrr!). Y es que los macarrones del
Terra no tienen parangón. Mi señora sigue una costumbre (que yo he acabado también por adoptar) que consiste en no pedir jamás pasta en un lugar que no sea un italiano. Pues bien, los
macarrons de la padrina son la excepción que confirma la regla. No es que tengan mucho secreto (si no vamos errados, llevan cebolla, tomate, carne
rostida, bechamel y queso rallado) pero tienen el ingrediente secreto, aquello que, por desgracia, cada vez abunda menos en los comedores de nuestra ciudad, que es el amor, el cariño por las cosas bien hechas. Los lunes no paran de salir platos y más platos de macarrones por el ventanuco de la cocina, pero da la impresión de que el tuyo es especial, de que le han dedicado más tiempo que a los de los demás clientes, porque esos macarrones siempre, ¡siempre!, están ricos hasta decir basta.
Bona cuina

Pero el
Terra no es únicamente un plato de macarrones: prácticamente todo lo que hemos comido está muy bueno: los guisantes con
cansalada, las cremas de verduras, los fideos a la cazuela, los garbanzos (¡un sitio donde hacen garbanzos!), las habas, el trinxat, las cazuelitas de berenjena, el fricandó, las
galtes, las salchichas con
allioli de membrillo, la tortilla de tomate y olivas, las... en fin, que se come muy bien. Con el segundo plato, siempre te preguntan qué guarnición quieres, habitualmente a escoger entre ensalada, patata
al caliu, verdura, arroz o patatas fritas. Justo aquí es donde radica quizás el único punto flaco del restaurante, pues las
papas son congeladas. En cualquier caso, un detalle menor. Y, sin que sirva de precedente, vuestros pijos favoritos también os recomiendan sus postres: son cien por cien casolans, y valen mucho la pena. Nosotros hemos probado el brownie de chocolate y la tarta de manzana, y ambos están de rechupete.
...y a trabajar

Lo malo de que el día de los macarrones sea el lunes es que ese día concreto trabajo por la tarde, pero, al igual que cuando vamos al
Cera 23, lo glorioso de la comida hace que pase por alto el hecho de que tengo por delante siete-horas-siete de pesadísimo
laboro. Por eso, cuando vamos un día que no es lunes, me gusta que a la vuelta pasemos por la puerta del trabajo, pues la sensación de, por una vez, pasar de largo es... indescriptiblemente placentera.
Terra d'escudella
c/ Premià 20
Barcelona
934.221.613
www.tdk.cat
Muchas gracias por tu reseña. Hoy voy al Terra d'Escudella. Lástima que no es lunes y no podré comer los macarrones de la padrina.
ResponderEliminar¡Gracias a ti, Charo, por leerla! ¡Espero que lo disfrutes!
ResponderEliminarHa sido fantástico. He comido escudella y cap-i-pota con garbanzos. De postre tarta de Santiago, regada con un poquito de moscatel y una infusión. Precio: 11,30. Inigualable en precio y calidad. Pienso seguir tus recomendaciones. Saludos.
Eliminar¡Me alegro muchísimo, Charo! Si tienes una cuenta en Facebook puedes seguirnos aquí: https://www.facebook.com/soisunospijos/
EliminarHola,
ResponderEliminarM'ha agradat molta la teva crònica del Terra d'Escudella. Jo hi vaig des de que es va inaugurar, però malauradament a dinar no hi puc anar (alguna vegada ho faig) per temes laborals. Això si, cada dimecres des de que van obrir, hi anem a sopar (unes entrepans bonissims i unes braves més bones encara, regades amb un bon vi). Recomano cent per cent la carta de nit, el menú del migdia entre setmana i el menú del cap de setmana, tots dos a una molt bona relació qualitat-preu.
Tens raó, Agustí, els entrepans son de traca i mocador! No estic tant d'acord amb el tema de les braves, les he demanades dues vegades i totes dues eren congelades (ai, com al migdia!!). Tenim sort de que el Terra no hi sigui al centre, si no seria impossible trobar taula!
EliminarBenvolgut, al migdia no ho se, però si et puc dir que les patates fregides (les braves) del vespre són naturals, i es nota molt, són molt bones. Si pots anar algun dia el dissabte, fan un menú genial per uns 12 euros (cuina catalana, casolana i molt bona). Enhorabona per el teu bloc. L'aniré seguint. Per cert, a tall d'anècdota, comentar-te que la Charo és amiga meva i va descobrir el Terra d'Escudella amb mi.
EliminarDoncs benvinguts tots dos al pijisme! Bé, vaig tenir mala sort amb les braves. No cal cap excusa per anar al Terra, però aquesta seria una de bon bona per tornar per la nit!
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